Prólogo

        Vamos a tratar de introducirnos en la Historia de la Hermandad del Rocío de La Palma del Condado; nos vamos a sumergir en sus adentros hasta conseguir llegar a lo más recóndito y profundo de sus raíces a través de los corredores del tiempo para ir tomando nota con el máximo cuidado de los datos más importantes e interesantes que nos vayamos encontrando en nuestro recorrido; una vez que demos por terminada esta complicada y difícil tarea, habremos conseguido, lo más detalladamente que nos haya sido posible, la evolución y el crecimiento que desde sus orígenes hasta el año de 2006 ha tenido nuestra Hermandad en la Historia del Rocío.  

        Es la idea que vamos a pretender realizar con nuestro modesto trabajo, pero antes que nada, dejemos bien sentado que si hiciéramos una encuesta entre todos los palmerinos para saber de manera aproximada desde cuándo, cómo y por qué en La Palma le venimos rindiendo pleitesía de amor y devoción a la Virgen del Rocío, la respuesta mayoritaria que obtendríamos entre todos los encuestados sería la que desde hace más de cuatro siglos, más de cuatrocientos años, que los palmerinos los hemos convertido por amor y devoción en un atrevido y ambicioso desafío: ¡Querer cada día más a la Virgen del Rocío! Ello sin duda se lo debemos al sacrificio, al tesón y al coraje que demostraron tener nuestros antepasados para perseverar en el amor y en la devoción que le profesaban a la entonces Virgen de Las Rocinas, motivos por los cuales llegaron a asociarse y más tarde a fundar una Hermandad con el objetivo primordial de darle Culto y Gloria a la Santísima Virgen, legado preciado y precioso que el discurrir del tiempo se ha ido encargando de írnoslo transmitiendo de generación en generación y que nosotros, con la ayuda de la Divina Gracia de la Señora, iremos haciendo lo mismo con nuestras futuras generaciones.

        Llegar a estos orígenes, por la responsabilidad y conocimientos que ello requiere, es tarea propia de historiadores e investigadores, personas cualificadas y capacitadas con un alto nivel intelectual, virtudes de las cuales nosotros carecemos y que sean capaces de dar veracidad y autenticidad a un tema tan importante como es la Historia de esta Hermandad del Rocío.

        A pesar de ello, hemos tenido el atrevimiento de penetrar en esos corredores y en nuestro paseo por los datos históricos de los orígenes de la devoción rociera, hemos ido tomando algunas notas de los distintos apuntes y escritos que nos hemos ido encontrando de esas personas cualificadas que nos han ido mostrando el camino que buscábamos. De manera muy especial nos hemos guiado y documentado para componer la parte histórica de nuestra Hermandad bebiendo básicamente de la sapiencia de un gran personaje en la Historia del Rocío, como era el ya fallecido, Juan Infante-Galán Zambrano; de sus grandes conocimientos y teorías hemos recopilado todo aquello que hemos creído conveniente y oportuno aportar para el comienzo de nuestra aventura.

        Datos históricos que nos pueden aclarar y situar en los orígenes de nuestra Hermandad y que hemos ido recopilando, obteniendo un compendio cuyo único objetivo es intentar encajar esos retazos extraídos en un contexto que tenga cierto sentido, que pueda explicarnos cuándo, cómo y por qué La Palma rinde pleitesía de amor y devoción a María Santísima del Rocío; datos breves los que hemos recogido pero que responden en cierta medida a las interrogantes descritas y que en definitiva son los argumentos que ha movido nuestra curiosidad y nuestro interés por conocer, lo más aproximadamente posible, los orígenes de nuestra Hermandad, sus inicios en la devoción rociera, sus evoluciones en el tiempo, etc., etc.

        Es evidente que hemos recopilado también todos los datos que nos ha sido posible extraer de los acuerdos que figuran en los Libros de las Actas que posee la Hermandad desde el año de 1885 ya que todos sus archivos anteriores a esta fecha fueron destruidos en la pasada guerra civil iniciada en el año 1936. A través de estos datos iremos conociendo el crecimiento que en el transcurrir de los años va experimentando la Hermandad de La Palma.

        Tenemos que dejar constancia de que los acuerdos que figuran en las Actas de la Hermandad, al menos hasta la década de los años cuarenta, son muy escuetos; los componentes de la Junta se limitaban a reunirse el Día de la Ascensión de cada año en el que era elegido el Hermano Mayor para el año siguiente, a no ser que durante el periodo comprendido entre un año y otro ocurriera algo fuera de lo normal con lo cual se convocaba una nueva sesión para tratar el tema; estas lagunas nos han privado de saber con exactitud cosas muy interesantes e importantes que con toda seguridad se originarían en su trayectoria.

        A pesar de la falta de los archivos anteriores al año de 1885, así como con esos escuetos acuerdos sumamente reducidos y faltos de detalles que hemos detectado en el recorrido que hemos efectuado por los libros de las Actas, hemos conseguido rescatar de ellos lo más importante que ocurrió en aquellos años tan lejanos y que de alguna manera debió influir en el crecimiento y en el desarrollo de nuestra Hermandad. La consecuencia de informaciones y detalles en los que se expresan los secretarios de turno en las redacciones de sus actas raya en la cicatería, que unido a la quema de los archivos anteriores a 1885 son argumentos más que suficientes en los que nos basamos para disculparnos y poner como pretexto que estas son las causas más directas que nos han privado de saber con exactitud todo lo que ocurrió en este periodo anterior a los 122 años de la Historia de nuestra Hermandad que son los que obran en nuestro poder.

        Un periodo de años que lo hemos dividido en cinco partes: la primera de ellas comprende desde 1885 a 1936; la segunda desde 1937 a 1970; la tercera desde 1971 a 1986; la cuarta desde 1987 a 1999 y la quinta y última desde 2000 a 2006.

        Hemos dedicado, en este sencillo y humilde trabajo, mucho tiempo y mayores ilusiones; con ello no hemos pretendido más que pregonar a los cuatro vientos, con todas nuestras fuerzas, las raíces tan profundas que la Hermandad de La Palma lleva vinculadas a la Historia del Rocío; raíces impregnadas de amor y devoción que el pueblo palmerino pone generosamente cada Pentecostés a las Divinas Plantas de la que es Reina de las Marismas de la Tierra y Soberana Emperatriz de los Cielos.